Jaime Lieberman y Jon Giraldo, de los calzoncillos a la cocina
HACE MUCHOS años que son compañeros de viaje. Empezaron vendiendo calzoncillos que exportaban a España desde Colombia, el país de origen de Jon Giraldo. Él era abogado. Jaime Lieberman, mexicano de nacimiento y fotógrafo de profesión. “Hicimos mucho dinero”, aseguran.
Pero el mundo de la gastronomía se habría perdido una experiencia única si Giraldo y Lieberman se hubieran quedado en el universo del slip. Ambos descubrieron una pasión común: la cocina. Tenían una ciudad de referencia en la que comenzar su andadura: Barcelona. Y una maestra: la ya fallecida Mey Hofmann, “aristócrata de la alta cocina” (en palabras de Juan María Arzak). “Empezamos a cocinar y los amigos nos animaban a que lo hiciéramos para el público”, relata Giraldo desde la impactante azotea del hotel Only You Atocha, en Madrid.
En 2013 abrieron el restaurante clandestino más chic de Barcelona. En aquella casa, situada en la plaza de Lesseps, llegaron a recibir a 9.000 comensales atraídos por los sabores latinoamericanos con toques mediterráneos. Hasta que dieron el salto a la “legalidad” con un restaurante cuyo nombre hace honor a su historia: Spoonik, mezcla de spoon (cuchara en inglés) y unik (la experiencia culinaria es única). “Ya saben, Sputnik [el cohete soviético] en ruso significa compañero de viaje”, explica Giraldo, mientras con un guiño mira a Lieberman.